lunes, 16 de febrero de 2009

La escuela en la salud o la salud en la escuela. ¿ciencia o sólo práctica?

Escrito por Cirelda Carvajal Rodríguez,

En tiempos recientes, muchos de los que nos dedicamos a trabajar por la salud de los escolares hemos sentido molestias porque los maestros y maestras no se motivan bien por esta tarea, en otros lugares la critica se basa en que las autoridades educacionales no respaldan convenientemente los esfuerzos de los expertos porque en la escuela se eduque en salud desde el currículo y toda la estructura metodológica que el sector educativo defiende.
Así las cosas, en los encuentros internacionales se aprecia una diversidad importante en los países en relación con las maneras de asumir el trabajo por la salud de los estudiantes y trabajadores de la Educación en las escuelas.

Esta autora se ha preguntado muchas veces ¿Quién es el responsable de esta controversia? ¿Cuál es la génesis de la indiferencia de algunos y la angustia de otros, si para educadores y personal de la salud lo más importante es el ser humano que ayudan a desarrollar?

Muchas son las posibles respuestas y muchas de ellas me conducen a pensar en la comprensión del papel que a cada cual le corresponde, comprensión interferida a veces por una interpretación limitada del concepto Salud y el concepto Educación. En tal sentido me interesa abrir el debate en torno a ¿dónde está el “liderazgo” en la educación o en la salud? ¿Cuál se subordina a cuál? Como punto de partida ofrezco mis primeras reflexiones a continuación.
La escuela no se limita a la transmisión de conocimientos sobre las disciplinas que allí se imparten, su misión trasciende a contribuciones más elevadas como: formar el carácter, la voluntad, desarrollar habilidades, sentimientos, actitudes y valores que van conformando en el individuo un conocimiento general, del cual forma parte la cultura en salud.
Desarrollar esta cultura en salud desde la escuela, presupone que las acciones de promoción de la salud y educación para la salud que se instrumenten en el Sistema de Educación no sean espontáneas; ellas deben corresponderse con estrategias bien concebidas para satisfacer las exigencias que la sociedad plantea a la escuela. La Promoción de la Salud y la Educación para la Salud guardan correspondencia con las metas educativas planteadas para la formación de las actuales y futuras generaciones; ambas influyen en los conocimientos, concepciones, valores y conductas de los individuos de forma sistemática y contribuyen a la preparación del individuo para la creación de ambientes favorables, el reforzamiento de la acción comunitaria y el desarrollo de las actitudes personales.

La problemática de la Promoción y la Educación para la Salud en la formación de los ciudadanos es compleja y se evidencian insuficiencias en la conducta responsable ante los problemas de la salud individual y colectiva que debe educarse desde las edades tempranas, esta situación requiere una mirada crítica y renovadora.

Diferentes Estudios demuestran que en la mayoría de los casos la preparación del personal docente en temas de Promoción y Educación para la Salud es insuficiente, la capacitación que se ofrece en estos contenido aún no es prioridad y carece de una visón integradora; no se aprecia la educación para la salud como parte del sistema de preparación de la personalidad de niños y adolescentes; no se aprovechan, para este tema, todas las posibilidades que brinda la tecnología de la información de que dispone; la familia no se representa claramente la promoción y educación para la salud como una prioridad en la formación de sus hijos; no hay una comprensión pedagógica del aporte que puede hacer la escuela y los educadores en la cultura en salud de los educandos; la organización escolar no potencia, en el grado deseado, todas sus posibilidades para promover salud en los educandos; no se logra egresar del Sistema Educacional a la mayoría de los adolescentes y jóvenes con estilos de vida más sanos, a pesar de que en muchos países se cuenta con recursos humanos, materiales y metodológicos imprescindibles para ello.

La OPS/OMS afirma que “La Educación para la Salud en las escuelas tiene una larga y variada trayectoria en todos los países de la región. Así también lo tienen las actividades asistenciales como los exámenes médicos, dentales y de aspectos visuales y auditivos. Sin embargo, en diversas reuniones sobre el tema se ha enfatizado la necesidad de un enfoque integral y estrategias más innovadoras, que respondan a las nuevas dinámicas sociales, políticas y económicas e incluyan: capacitación y actualización a los maestros; participación de los alumnos, los padres y la comunidad; servicios de salud y acordes a las necesidades reales de la población escolar, promoción de hábitos saludables, alimentación nutritiva en los comedores escolares; y el uso de metodologías educativas formales y no formales dirigidas a formar nuevas habilidades y destrezas, haciendo de la vida escolar una oportunidad para el desarrollo humano, la paz y la equidad” (1).
El abordaje consecuente de la Promoción y la Educación para la Salud en el Ámbito Escolar exige que se concreten los aspectos pedagógicos que garantizarían una verdadera influencia educativa en este sentido, lo que plantea la necesidad de considerar aspectos metodológicos para concebirlas desde la organización misma de la actividad escolar y darle un enfoque más pedagógico que asegure su aplicación real, sin que se perciba como una sobrecarga para los docentes y sí se convierta en una forma nueva de concebir la actividad de educandos y educadores en el trabajo por elevar la cultura en salud y mejorar la Calidad de Vida.

No existen dudas que esta manera de hacer Educación nos enfrenta a una rama del saber pedagógico no muy difundida ni desarrollada pero incuestionablemente necesaria: La Pedagogía de la Promoción de la Salud en el ámbito escolar.

La Pedagogía de la Promoción de la Salud en el Ámbito Escolar tiene el objetivo de contribuir al perfeccionamiento del proceso de formación de una Cultura en Salud desde el Ámbito Escolar ofreciendo los fundamentos teóricos y metodológicos para su abordaje desde el Proceso Pedagógico. Se propone explicar la relación y dependencia entre los conceptos y categorías de la Pedagogía de la Promoción de la Salud, definir la práctica pedagógica, descubrir sus leyes, objetivos, regularidades, principios y métodos de la formación de la cultura de salud desde el proceso pedagógico y ofrecer las recomendaciones metodológicas para contribuir a la formación de esta cultura desde el currículo y toda la acción educativa organizada y dirigida por las instituciones educativas.
¿Cuánto puede aportar esta rama de la Pedagogía a las necesidades de formar a un hombre y una mujer sanos, responsables y preparados para desarrollar estilos de vida saludable? La respuesta la tenemos los que tenemos el deber, la razón y el sentimiento para hacerla crecer.

http://www.pedagogia2009.rimed.cu/blogs/cirelda_carvajal/

Educar en valores: aspecto esencial para la formación de la personalidad

Autoras :
Dra. C. Esther Báxter Pérez, Dra. C. Silvia Ma. Navarro Quintero

Durante muchos años, al abordar los valores desde el punto de vista pedagógico se utilizaban términos como los siguientes: educar valores, formar valores, que en alguna medida resultaban generales.
Es a partir de la década de los años 90, del siglo anterior, que comienza un movimiento fuerte en diferentes países, por sustituir “educar valores” por “educar en valores”. Entendiendo esta como un proceso donde el accionar de los diferentes actores sociales para la formación de los educandos es planificado, orientado, intencionado y controlado.

Muy relacionado con la categoría valor, tenemos valorar y aprender a valorar, a lo que damos tratamiento a continuación:
VALOR
Grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite.
Cualidad de las cosas, en virtud de la cual se da por poseerla, cierta suma de dinero o equivalente.
Alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase.
Cualidad del ánimo, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar (hacer caras, resistir, sin dar muestras de cobardía) los peligros.
VALORAR
Señalar precio de una cosa.
Reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de una persona o cosa.
(Según el diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima primera edición)

APRENDER A VALORAR
Tomar conciencia de la importancia de las acciones individuales colectivas y desarrollar habilidades para caracterizar, razonar, discernir, dialogar y mediar, desde una ética social.
Es poder emitir criterios y juicios críticos, y asumir una posición ante un objeto, un sujeto una situación o un conjunto de ellos.
Al incursionar en los valores, no es posible hacerlo si al menos no abordamos la esencia de estos en las diferentes ciencias que lo estudian como categoría.

Son estudiados por la AXIOLOGÍA, (del griego axio: valor y logos: tratado o estudio). Constituye la teoría filosófica que conceptualiza las nociones de lo valioso en el campo de lo que es bello, estético y verdadero, como esencias y cualidades contenidas en las creaciones humanas.
Desde el punto de vista FILOSÓFICO, para entender la categoría se requieren tres planos de análisis:
El sistema objetivo de valores (vistos como parte constitutiva de la propia realidad y de la significación social que le atribuye el sujeto que valora).
Los valores subjetivos o de la conciencia (forma en que la significación social es reflejada en la conciencia individual).
Sistema de valores institucionalizados (evidencian el modo de organización y funcionamiento de la sociedad en la que el sujeto vive y se desarrolla).
Desde el punto de vista HISTÓRICO, para entender la categoría hay que remontarse a las concepciones pedagógicas vigentes desde el siglo anterior, y sólo la columna vertebral de la historia, que dio próceres y héroes, en la lucha por preservar la patria, es lo que puede enseñar quiénes somos y hasta donde somos capaces de llegar.

Desde la SOCIOLOGÍA, el entender la categoría requiere un enfoque dialéctico dada su complejidad, para ello resulta necesario elevar el poder de persuasión en el trabajo educativo y tomar en consideración tres elementos.

Una mayor información acompañada de argumentos sólidos, creíbles y actualizados.

Una mayor participación donde sean protagonistas directos de las diferentes tareas que tengan que acometer.

Estructurar un sistema de estimulación encaminado a identificar, jerarquizar y estimular los logros y ejemplos positivos.

Desde la PSICOLOGÍA, los valores se configuran mediante la experiencia de la persona concreta que está en formación y desarrollo, lo que está determinado por el sistema de relaciones, el tipo de comunicación que establece con sus coetáneos, su familia, el medio que lo rodea y la naturaleza de las actividades que realice y el protagonismo que desempeñe en estas.

Desde la PEDAGOGÍA, cuando se aborda esta categoría se hace en función de que constituye un problema de la formación de la personalidad. Para ello se deben dar un conjunto de condiciones positivas que así lo permitan, entre las que se encuentran:
Tomar en cuenta las necesidades, aspiraciones e intereses del sujeto que se educa.
Respetar la dignidad de cada uno.
Establecer relaciones con una adecuada comunicación.
Promover la creatividad y sean protagonistas directos de su propia formación.
Muchos especialistas y estudiosos de la categoría valor consideran, que estos constituyen una guía general de conducta, son el resultado de la experiencia individual y de su realización personal, dándole un sentido a la vida y propiciando su calidad.
También pueden ser definidos como determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo, clase social o la sociedad en su conjunto.

Al hacer referencia al término educar en valores necesariamente requiere dar tratamiento a la categoría educación.

EDUCACIÓN
Es un proceso de inculcación y asimilación cultural, moral y conductual, por el cual las generaciones jóvenes incorporan o asimilan el patrimonio cultural de los adultos. Es una realidad histórica (no natural) producida por el hombre y vinculada a su contexto sociocultural (Diccionario de Ciencias de la Educación. México. 1985).
La educación tiene como objetivo esencial, hacer social al individuo, que el medio social tiende a moldear al niño a su imagen, y que padres y maestros son los representantes o intermediarios en la conformación de esa imagen. (E. Durkheim. Las reglas del método sociológico. Instituto Cubano del Libro, La Habana 1972).
La educación es un fenómeno social, resultado del desarrollo histórico alcanzado, en un momento determinado, y como centro del proceso de socialización, ejerce una influencia decisiva en la formación del hombre a lo largo de toda su vida, y debe prepararlo para el disfrute y plenitud de todo aquello que se derive de la misma, acorde a la sociedad en que vive y desarrolla su vida, contribuyendo con su actuación a su desarrollo y perfeccionamiento y que el núcleo esencial de esa formación deben ser los valores morales. (E. Báxter. Educar en valores. Tarea y reto de la Sociedad. Ed. Pueblo y Educación, Cuba 2007)
Una verdadera Educación en valores requiere:
Lograr una motivación que movilice a los que se educan en querer hacer.
Sentir como algo suyo lo que hacen.
Que lo que ven hacer o hacen está en correspondencia con su manera de sentir y de actuar.
Se traduce en:
Niveles de implicación e identificación consciente en lo que se hace.
Participación consciente, reflexiva y activa de los sujetos que se educan.
Sujetos comprometidos con lo que hacen.
Sujetos que analicen reflexionen y valoren en lo individual y lo colectivo los resultados obtenidos.
Sujetos que puedan autoevaluarse y evaluar lo que hacen los demás.
Sujetos que desarrollen la autoconciencia
En el plano pedagógico, el papel del docente, su estilo de dirección, la forma como organiza la actividad, las relaciones que establece con sus estudiantes, resultan muy importante para educar y formar esa personalidad.
Es por ello que en una situación de dirección del proceso educativo necesariamente hay que tener presente
¿El para qué? (objetivos)
¿El ¿qué? (contenido)
¿El ¿cómo? (métodos)
¿El ¿con qué? (medios)
¿Cuál es el resultado? (evaluación)
Además de estas interrogantes habría también que tomar en consideración EL CLIMA EMOCIONAL, que caracteriza las relaciones interpersonales, es decir los motivos, los intereses y las necesidades de los estudiantes:
¿A quién está dirigido? (características del individuo y del grupo)
¿Dónde se efectúa? (condiciones materiales del área o local)
¿En qué momento? (hora, día, etapa del curso)
¿Cómo es la atención a los sujetos? (tratamiento a las particularidades individuales).
El tomar en consideración el clima emocional, eleva la capacidad de trabajo y permite esfuerzos inusitados, en tanto la no atención a lo emocional puede anular las potencialidades esperadas en relación con la dinámica de la capacidad de trabajo.
Otro aspecto fundamental es la necesidad de utilizar un lenguaje coherente, claro, sencillo y lo suficientemente atractivo; instrumentar formas organizativas que estimulen la realización de tareas en parejas, pequeños grupos o equipos; asuman roles diferentes, y así manifestar hasta qué punto son responsables.Los contenidos de aprendizaje, por lo tanto, han de planificarse de forma tal que lleguen a los estudiantes mediante la programación de actividades variadas y diferenciadas, acorde con las potencialidades de cada uno de ellos, donde tengan la oportunidad de hacer un esfuerzo personal y vivenciar que pueden alcanzar niveles superiores.

La familia y la educación de los hijos ante los retos del presente

Escrito por Dr. C. Pedro Luis Castro Alegret

El tema de la familia es terreno obligado de la interdisciplinariedad, refleja hoy una peculiar convergencia de saberes. Los estudios sobre las familias devinieron en tema de interés de las Ciencias Sociales en el recién culminado siglo y en este que iniciamos. Su investigación científica se acomete desde diferentes disciplinas, entre ellas la Sociología, Psicología, Antropología, Demografía, Derecho, Historia y las Ciencias de la Educación. ¿Se abre aquí una nueva disciplina científica, o una interciencia? Desde hace tiempo los estudiosos del tema han insistido en la necesidad de su abordaje interdisciplinario y transdisciplinario, que permita una visión más integral de los problemas que de ella se investigan; entre ellos la relación familia – sociedad.

Las tradiciones cubanas y de los pueblos hermanos, muy entrelazadas con los valores de la cultura latinoamericana, conceden un lugar preponderante al valor familia, al cuidado y la educación de los hijos. A lo largo de los años la familia ha contribuido al mantenimiento de la identidad y la cultura nacional; ante los retos de la globalización resulta hoy especialmente necesaria. Precisamente la vida de comunicación y actividades hace posible la educación en valores de todos en el hogar, especialmente de los hijos. El mejor funcionamiento de la familia, la convivencia entre todos sus integrantes, sería un requisito para esta función socialmente necesaria.

Sin embargo, diversas problemáticas del SXXI afectan a las familias en el cumplimiento de sus funciones. Las sociales que mantienen en la pobreza a numerosas familias, las han quebrantado, y las llevan a situaciones que limitan el cuidado infantil temprano, la atención afectiva que requieren los menores, la escolarización adecuada de los hijos y su culminación de estudios básicos. Las crisis por las que atraviesan algunos de países de la región, repercuten en las familias y afectan la educación de los hijos. Se impone luchar por el bienestar de los hogares. ¿Cuáles lecciones podemos sacar de nuestro quehacer educativo?

En cuanto a la convivencia entre padres e hijos, así como entre todos los miembros del hogar y de la comunidad inmediata, se tiene que colocar en primer plano la condena de las manifestaciones de violencia que se ejerce sobre la mujer, y también el maltrato infantil. Comprender en el análisis de ambas problemáticas las relaciones que guarda con las referidas dificultades económico sociales. La familia juega también un papel decisivo en el cumplimiento de los derechos de la infancia y la adolescencia. ¿Hemos logrado el disfrute pleno de los derechos de la infancia en nuestros hogares y comunidades? ¿Qué pueden hacer los padres al respecto? Sería muy valioso extraer lecciones en este sentido.

Los problemas de género, que reproducen la inequidad de las sociedades anteriores, y atraviesan como estereotipos los hogares del presente, demandan abordarse con prioridad. Es precisamente en la familia donde se inician la educación de la equidad de géneros. Se ha perpetuado la reproducción de esquemas masculinos, incluso desde los sistemas educativos, pero también en otras instituciones y espacios sociales ¿Qué enfoque educativo podemos seguir para la superación de esta problemática en las sociedades latinoamericanas?

Otro tema obligado se refiere a las relaciones entre la familia y la escuela, entre las madres, padres y maestros. ¿Cuál es el papel que corresponde a cada institución en la educación de las nuevas generaciones? Apreciamos espacios muy productivos de encuentro, pero también puntos de desencuentre entre padres y maestros.
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También este espacio de debate quiere abordar el trabajo comunitario por su impacto en la familia, y especialmente el papel de la mujer en los mismos. Consideramos muy provechoso vincular los espacios académicos y de investigación a las comunidades, que su trabajo de intervención aporte a las familias y los factores de la localidad. ¿Qué experiencias conocemos en este sentido?

Los educadores requerimos un sólido fundamento para el estudio de la familia y la comprensión del funcionamiento hogareño. Se requiere comprender bajo la luz de las investigaciones actuales cómo los padres aportan a la educación de los hijos. Lo que ocurre en el seno de la comunidad y evidencia la convergencia de diversos agentes. ¿Hemos logrado realmente preparar a las madres y padres, apoyar a los hogares en la crianza y formación de sus hijos?

Quizá mantengamos practicas obsoletas, o se ha caído en la rutina al establecer relaciones de poder desde los maestros sobre los padres. Se impone revisar esta cuestión. También hay que dar un salto en las alternativas de orientación y educación de las familias de los escolares. Revelar los obstáculos que se presentan en esta labor de educadores y escuelas. Aprovechar, estimular sus potencialidades. Entonces, resulta un objetivo esencial la preparación del maestro para atender a las familias de sus alumnos. Sin embargo, la preparación de los padres y educadores debe seguir este enfoque crítico para lograr una verdadera transformación. Recabamos un debate en este terreno.

El tema que nos compromete abarca también la caracterización y el diagnóstico de las familias de los escolares. ¿Es posible que el maestro profundice en el conocimiento de las familias de sus alumnos? Cómo conocer mejor a la familia. Indicadores e instrumentos que puede emplear el maestro.

Los pedagogos y otros científicos sociales discuten hoy la relación entre el aprendizaje escolar y los problemas familiares. ¿Cómo comprender la calidad de la educación sin contar con el papel de los padres, la vida de los hogares de nuestros alumnos, la educación de la familia toda? La escuela debería compensar estas desventajas que padecen una parte de los niños que son nuestros alumnos. Tenemos grandes potencialidades en los maestros y escuelas para ayudar a estos niños en dificultades y a sus padres.

En definitiva todos los padres requieren más apoyo y preparación. La escuela y los maestros están obligados a incrementar la preparación de las familias ante los nuevos retos de los actuales problemas sociales. La educación de las familias de los escolares. Sería provechoso destacar el aporte de las mujeres en estas tareas.

Meditemos en las necesidades de la atención social que reciben los hogares en dificultades, o simplemente los padres jóvenes que aún reclaman orientación. Medidas para preparar a los padres en el mejor cumplimiento de su función educativa. Alternativas de orientación desde el sistema educativo. Consideramos valioso privilegiar espacios de trabajo con la familia que se apoyen las metodologías de la Educación Popular y de la Investigación Acción Participativa.

En fin, también resulta urgente preparar adecuadamente a los maestros para que lleven adelante experiencias y métodos de avanzada en el trabajo de educación a los padres. ¿Qué obstáculos tenemos hoy en la preparación de los educadores para estos propósitos? ¿Cuáles alternativas se inscriben como exitosas?

La familia es y será protagonista activa de los cambios que requerimos para el desarrollo de nuestros sistemas educativos en pos de un mundo mejor.

Para cerrar estas líneas, invitamos a todos al debate de estos tema y otros que los lectores consideren relacionados. Lo consideramos un compromiso, y el intercambio nos hará más convencidos educadores y trabajadores sociales de la s familias de nuestra América.

Elemento imprencidible en el aprendizaje

Elemento imprescindible en el aprendizaje
Teresa Valenzuela
Colaboradora de Rebelde
Mayo 6, 2008, 1:20p.m.

La Habana, Cuba.- Las personas que estudian durante años seguramente recuerdan con especial interés las huellas que le dejaron una buena clase, por lo que mientras vivan no olvidarán al profesor que la impartió.El Doctor en Ciencias Pedagógicas Juan Ramón Montaño Calcines, Asesor Nacional de Español en el Ministerio de Educación Superior señaló que la clase es esencial en el proceso docente educativo que se desarrolla en las escuelas, ya que constituye el centro fundamental del aprendizaje escolar de los estudiantes en cada uno de los niveles de educación.Argumentó que la interacción profesor-alumno, así como, las relaciones de comunicación que se establecen en la clase, son básicas y por eso esta tiene un papel sumamente importante en todos los procesos formativos de los estudiantes.El especialista precisó también que para que la clase cumpla un papel fundamental resulta imprescindible la preparación que los docentes desarrollen antes de impartirla.Aclaró que el profesor realizará un estudio sobre lo que saben los alumnos acerca del tema en cuestión, además, del contenido de la asignatura que imparte, de manera que el docente se ponga en una situación de éxito para dialogar con ellos a la hora de dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje.La selección de los métodos que va a usar en la clase en dependencia de los contenidos que va a trabajar y las características que tiene el grupo de alumnos, y en particular cada uno de ellos es otro de los aspectos a tener en cuenta.El Doctor Montaño también significó: “No crean que exagero al decir que muchas veces la preparación de una clase puede llegar a tomar gran parte de la vida del profesor, ya que no basta sólo con estudiar el libro de texto de los alumnos y los ejercicios que tiene; por ejemplo, si se trata de una obra literaria se deben de consultar disímiles fuentes de información, entre estos diccionarios, libros de ortografía, gramática, de lingüística, que permiten dominar el contenido, y a partir de ahí emplear el método adecuado para que la clase no resulte rutinaria y aburrida, sino que sea como una avispa que pique el intelecto del alumno, y que por lo tanto transite por un enfoque lúdico de juego, abierto al riesgo, al diálogo constructivo entre alumnos y profesores y entre los propios alumnos”.Los docentes no pueden pasar por alto las estrategias que elegirán -dijo- los procedimientos que emplearán, la bibliografía que utilizarán, y cuál le orientará a los estudiantes para que profundicen en los aspectos fundamentales.En una buena clase -precisó- influyen indiscutiblemente muchos elementos y todos tienen que ver con la preparación que el profesor logre antes de enfrentarse a sus alumnos en el aula, quienes lo recordarán a lo largo de su vida si logra los objetivos que persigue.¿Quién puede olvidar una clase amena e interesante o al profesor que la hizo trascender y que llevó a sus alumnos por el atrayente mundo de los conocimientos? -precisó quien ha dedicado al magisterio más de 30 años.