lunes, 16 de febrero de 2009

La familia y la educación de los hijos ante los retos del presente

Escrito por Dr. C. Pedro Luis Castro Alegret

El tema de la familia es terreno obligado de la interdisciplinariedad, refleja hoy una peculiar convergencia de saberes. Los estudios sobre las familias devinieron en tema de interés de las Ciencias Sociales en el recién culminado siglo y en este que iniciamos. Su investigación científica se acomete desde diferentes disciplinas, entre ellas la Sociología, Psicología, Antropología, Demografía, Derecho, Historia y las Ciencias de la Educación. ¿Se abre aquí una nueva disciplina científica, o una interciencia? Desde hace tiempo los estudiosos del tema han insistido en la necesidad de su abordaje interdisciplinario y transdisciplinario, que permita una visión más integral de los problemas que de ella se investigan; entre ellos la relación familia – sociedad.

Las tradiciones cubanas y de los pueblos hermanos, muy entrelazadas con los valores de la cultura latinoamericana, conceden un lugar preponderante al valor familia, al cuidado y la educación de los hijos. A lo largo de los años la familia ha contribuido al mantenimiento de la identidad y la cultura nacional; ante los retos de la globalización resulta hoy especialmente necesaria. Precisamente la vida de comunicación y actividades hace posible la educación en valores de todos en el hogar, especialmente de los hijos. El mejor funcionamiento de la familia, la convivencia entre todos sus integrantes, sería un requisito para esta función socialmente necesaria.

Sin embargo, diversas problemáticas del SXXI afectan a las familias en el cumplimiento de sus funciones. Las sociales que mantienen en la pobreza a numerosas familias, las han quebrantado, y las llevan a situaciones que limitan el cuidado infantil temprano, la atención afectiva que requieren los menores, la escolarización adecuada de los hijos y su culminación de estudios básicos. Las crisis por las que atraviesan algunos de países de la región, repercuten en las familias y afectan la educación de los hijos. Se impone luchar por el bienestar de los hogares. ¿Cuáles lecciones podemos sacar de nuestro quehacer educativo?

En cuanto a la convivencia entre padres e hijos, así como entre todos los miembros del hogar y de la comunidad inmediata, se tiene que colocar en primer plano la condena de las manifestaciones de violencia que se ejerce sobre la mujer, y también el maltrato infantil. Comprender en el análisis de ambas problemáticas las relaciones que guarda con las referidas dificultades económico sociales. La familia juega también un papel decisivo en el cumplimiento de los derechos de la infancia y la adolescencia. ¿Hemos logrado el disfrute pleno de los derechos de la infancia en nuestros hogares y comunidades? ¿Qué pueden hacer los padres al respecto? Sería muy valioso extraer lecciones en este sentido.

Los problemas de género, que reproducen la inequidad de las sociedades anteriores, y atraviesan como estereotipos los hogares del presente, demandan abordarse con prioridad. Es precisamente en la familia donde se inician la educación de la equidad de géneros. Se ha perpetuado la reproducción de esquemas masculinos, incluso desde los sistemas educativos, pero también en otras instituciones y espacios sociales ¿Qué enfoque educativo podemos seguir para la superación de esta problemática en las sociedades latinoamericanas?

Otro tema obligado se refiere a las relaciones entre la familia y la escuela, entre las madres, padres y maestros. ¿Cuál es el papel que corresponde a cada institución en la educación de las nuevas generaciones? Apreciamos espacios muy productivos de encuentro, pero también puntos de desencuentre entre padres y maestros.
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También este espacio de debate quiere abordar el trabajo comunitario por su impacto en la familia, y especialmente el papel de la mujer en los mismos. Consideramos muy provechoso vincular los espacios académicos y de investigación a las comunidades, que su trabajo de intervención aporte a las familias y los factores de la localidad. ¿Qué experiencias conocemos en este sentido?

Los educadores requerimos un sólido fundamento para el estudio de la familia y la comprensión del funcionamiento hogareño. Se requiere comprender bajo la luz de las investigaciones actuales cómo los padres aportan a la educación de los hijos. Lo que ocurre en el seno de la comunidad y evidencia la convergencia de diversos agentes. ¿Hemos logrado realmente preparar a las madres y padres, apoyar a los hogares en la crianza y formación de sus hijos?

Quizá mantengamos practicas obsoletas, o se ha caído en la rutina al establecer relaciones de poder desde los maestros sobre los padres. Se impone revisar esta cuestión. También hay que dar un salto en las alternativas de orientación y educación de las familias de los escolares. Revelar los obstáculos que se presentan en esta labor de educadores y escuelas. Aprovechar, estimular sus potencialidades. Entonces, resulta un objetivo esencial la preparación del maestro para atender a las familias de sus alumnos. Sin embargo, la preparación de los padres y educadores debe seguir este enfoque crítico para lograr una verdadera transformación. Recabamos un debate en este terreno.

El tema que nos compromete abarca también la caracterización y el diagnóstico de las familias de los escolares. ¿Es posible que el maestro profundice en el conocimiento de las familias de sus alumnos? Cómo conocer mejor a la familia. Indicadores e instrumentos que puede emplear el maestro.

Los pedagogos y otros científicos sociales discuten hoy la relación entre el aprendizaje escolar y los problemas familiares. ¿Cómo comprender la calidad de la educación sin contar con el papel de los padres, la vida de los hogares de nuestros alumnos, la educación de la familia toda? La escuela debería compensar estas desventajas que padecen una parte de los niños que son nuestros alumnos. Tenemos grandes potencialidades en los maestros y escuelas para ayudar a estos niños en dificultades y a sus padres.

En definitiva todos los padres requieren más apoyo y preparación. La escuela y los maestros están obligados a incrementar la preparación de las familias ante los nuevos retos de los actuales problemas sociales. La educación de las familias de los escolares. Sería provechoso destacar el aporte de las mujeres en estas tareas.

Meditemos en las necesidades de la atención social que reciben los hogares en dificultades, o simplemente los padres jóvenes que aún reclaman orientación. Medidas para preparar a los padres en el mejor cumplimiento de su función educativa. Alternativas de orientación desde el sistema educativo. Consideramos valioso privilegiar espacios de trabajo con la familia que se apoyen las metodologías de la Educación Popular y de la Investigación Acción Participativa.

En fin, también resulta urgente preparar adecuadamente a los maestros para que lleven adelante experiencias y métodos de avanzada en el trabajo de educación a los padres. ¿Qué obstáculos tenemos hoy en la preparación de los educadores para estos propósitos? ¿Cuáles alternativas se inscriben como exitosas?

La familia es y será protagonista activa de los cambios que requerimos para el desarrollo de nuestros sistemas educativos en pos de un mundo mejor.

Para cerrar estas líneas, invitamos a todos al debate de estos tema y otros que los lectores consideren relacionados. Lo consideramos un compromiso, y el intercambio nos hará más convencidos educadores y trabajadores sociales de la s familias de nuestra América.

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