El Orientador como profesional involucrado con el contexto social ha demostrado su capacidad para involucrarse y organizarse de forma multidisciplinaria con otros especialistas relacionados con el área de la atención a situaciones de conducta. .
Arraga (2001) plantea sobre el perfil del Orientador, este de ser encabezado por la capacidad de liderazgo, con todo lo que esto implica, así como, esa capacidad particular de proponer cambios y lograrlos de forma colectiva. El Orientador como profesional, progresivamente ha planteado espacios dentro de los diversos campos de trabajo, lo cual, ayuda a crear espacios para la intervención de la diversidad de una práctica orientadora.
Bravo (1986) nos va enseñando ese proceso de transformación sufrido por el Currículo y los planes de estudios. El plan de estudio debe tener la posibilidad de ser inserto en el contexto histórico-socio – cultural donde se desarrollara, así como, la comunidad escolar al que estará dirigido. Los principios y criterios darán (así se aspira) las respuestas a esas necesidades o debilidades detectadas. Cumpliéndose entonces su intensión; ser respuesta para la necesidad educativa planteada.
Dentro de este marco del “deber ser” se plantea la necesidad imperante de contextualizar los planes de estudio, aunque, esto signifique replantear el Currículo Básico Nacional considerando nuevas propuestas como vías alternativas que apoyen esa transformación.
Como conclusión se podría decir, que la relación el plan de estudio como documento y la práctica orientadora es la clave para una intervención positiva dentro del ámbito educativo. El Orientador aportando su liderazgo y capacidad para plantear el cambio y el plan de estudio como documento operacionalizador de las acciones aplicables.
La ausencia de un plan que permita establecer las acciones a tomar, puede ser un factor que incida de forma progresiva en el deterioro de las normas de convivencias de una institución, que, en ausencia de acciones reforzadoras de las normas de convivencias se permita la presencia de diversas faltas relacionadas con la disciplina escolar, tal como se evidencia en situaciones como el empleo de lenguaje obsceno dentro de la E.B.N “La Victoria” y la poca atención prestada por los padres al rendimiento de sus representados.
Referencias Bibliográficas
ARRAGA, M. (2001). Nuevos horizontes en el quehacer del Orientador. Algunas experiencias de LUZ. XXI Encuentro Nacional de Orientadores. Guanare. Edo. Portuguesa
Bravo L (1988) Tema y práctica curricular. Carthel. Caracas Venezuela
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